miércoles, 22 de diciembre de 2010

EL DEPORTE ESCOLAR, LAS FORMAS Y LA SALUD.-


Por José Miguel Álamo Mendoza



El deporte no es educativo porque sí. Para que una actividad sea realmente educativa tiene que desarrollarse de forma adecuada. Esto significa que al menos dos características la identifiquen: la intencionalidad y la sistematización.    


La intencionalidad se refiere a las acciones que realizamos y que están concebidas para un fin. Una conducta intencional está necesariamente relacionada con el futuro.


La sistematización, es la ordenación e interdependencia de los elementos y de las acciones del proceso educativo. La organización y ordenación de los contenidos es necesario para conseguir los objetivos planteados en el proceso educativo. La intencionalidad exige sistematización.


El deporte escolar carece en muchas ocasiones de estos dos elementos. Las prisas por querer tener campeones lo antes posible, restan al deporte como medio educativo algo esencial: su función preventiva y socializadora.


"Save the children", en uno de sus últimos informes titulado "Niños en competición"  expone los derechos de la infancia en el deporte, los problemas médicos relacionados con la práctica en jóvenes gimnastas, la protección de los menores en el fútbol y la ambigüedad en la legislación o el boxeo infantil en Tailandia. Una de las recomendaciones de esta institución es que "en cualquier caso ningún niño de menos de siete años debería practicar un deporte de forma competitiva. A los siete años, entre otros factores, los niños y niñas desarrollan su inteligencia analítica y adquieren la capacidad de poder comprender las decisiones que toman y la de implicarse en un deporte y hasta dónde hacerlo es una de esas decisiones".


Si la intención en el deporte es la mejora de la salud con la adquisición de un hábito de práctica y la interiorización de valores fundamentales en nuestra cultura y en la sociedad, debemos programar los contenidos y mejorar la forma de enseñar esos contenidos. Hasta ahora los datos son contundentes y una evidencia de que no todo se ha hecho bien. Con más instalaciones deportivas, con más profesionales cualificados en el mercado de trabajo, con la consolidación de la Educación Física en el sistema escolar, no hemos conseguido mejorar las cifras. España en comparación con otros países europeos, tiene diez puntos porcentuales menos, en número de personas que practica deporte.


Los motivos por los que hombres y mujeres practican deporte están estudiados. En ambos sexos, la salud y la diversión son las prioridades. Si además, analizamos las opiniones según la edad, en las personas entre 15 y 24 años los motivos de práctica deportiva son también la salud y la diversión.


Quizás hemos confundido los motivos, hemos dado por supuesto lo que los niños y las niñas querían; hemos supuesto, también, que el deporte por sí mismo es educativo; hemos supuesto que enseñar el deporte no implica la innovación y además, hemos creído que hay una gran masa social que practica el deporte de forma regular.


Son muchos supuestos y por ello, el Consejo de Europa llega a esta conclusión:

"Con algo de amargura y mucho realismo, hemos acabado por comprender y admitir que el deporte espectáculo no es el vehículo idóneo para contribuir a la mejora de la calidad de vida de nuestras poblaciones. Esa realidad espectacular del deporte oculta otra, sin duda más importante, el ejercicio físico deportivo divertido y alegre que contribuye a mejorar la salud de sus practicantes. Confiemos en que el primero no acabe por eliminar al segundo".



José Miguel Álamo Mendoza
Profesor Titular de Universidad de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte.
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

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