jueves, 13 de enero de 2011

El Deporte Base y los equipos de élite de la isla


Por: José Miguel Álamo.


                                                                                                                                                                 



   José Miguel Álamo Mendoza
Profesor Titular de
 Universidad de la Facultad de 
Ciencias de la Actividad Física y del Deporte.
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria

Una de las quejas más frecuentes de muchos de los técnicos de los equipos de categorías de base de la isla, es la poca predisposición que tienen con ellos los clubes profesionales, para favorecer el trabajo común de formar jugadores que puedan llegar a formar parte del primer

equipo de ese club de la elite nacional.


         Generalmente, el afán de querer ganar todo, entendiendo que en categorías de formación los triunfos son lo más importante, tiene como consecuencia invitar a los mejores jugadores o jugadoras de esos equipos de base de la isla, a que formen parte de los equipos filiales del club profesional. Este hecho, tiene como consecuencia, que posteriormente, en la competición, los resultados sean abultados y que la competición sea desigual por la diferencia del nivel físico y técnico de los jugadores.

         Para evitar esta circunstancia en nuestro deporte base, es necesario que los clubes referencia estén siempre dispuestos a ser ellos responsables y un ejemplo en ayuda a los demás. Que propicia que los niños y niñas de esos equipos de las categorías de base siguen formándose para cuando tengan una edad adecuada, sí puedan formar parte de los equipos filiales que aportan jugadores al equipo profesional. De esta manera se competiría es condiciones de igualdad y ellos mismos, los clubes profesionales, también podrían formar a sus jugadores en nivel de competitividad adecuado.

         Si esto no se cuida, siempre se verá a los supuestos clubes de referencia como un enemigo que sólo quiere quitarme lo mejor de mi equipo y además no me ayuda a que yo también crezca y haga crecer a los niños y niñas que quieren llegar a jugar en el equipo de mi isla o de mi tierra. Esto, al final, es echar piedras sobre nuestro propio tejado y que en el camino se queden miles y miles de jóvenes que un día tuvieron la ilusión de ser deportistas profesionalesi

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